Seguidores

jueves, 24 de marzo de 2011

Felicidad absurda

Todo fue como un sueño que pasó,
la amistad, la magia entre tú y yo.
Esa unión que jamás nos separó se rompió.

Yo te amé hasta el final.
Te adoré y no puedo más.

Alimenté cualquier necesidad
y hasta cambié mi personalidad
por ti. Por ti.

Nunca entendí y te intenté explicar
que yo por ti el cielo pude dar.
Por ti. Por ti.

¿Cuántas veces te he de suplicar que me hagas caso?
¿Cuántas veces me he de arrodillar si me haces daño?
Si me haces daño…

Tanto escuché tu “sabia” boca hablar
que comprendí que no ibas a cambiar
por mí. Por mí.

¿Cuántas veces te he de suplicar que me hagas caso?
¿Cuántas veces me he de arrodillar si me haces daño?

¿Cuántas veces me ha visto callar nuestro fracaso?
Tantas veces me has visto llorar que ya no puedo más.

Ya no puedo más.
Ya no puedo más.
¡Ya no puedo más!
Que ya no puedo más…

No hay comentarios:

Publicar un comentario